Canto a mi pueblo

Al levantarme un buen día
me dije yo para mí:
¿Por qué no dedico un canto
al pueblo donde nací?
Pues manos a la obra,
cogí la pluma y papel
y escribí con ilusión
hasta que lo terminé.
Se lo dedico a mi pueblo
y también a sus vecinos,
de un "navero" descarriado
que anda por otros destinos.
¿Qué bonito que es mi pueblo
a la salida de un valle,
el cual muere en el "Navazo"
donde comienza su calle!
Rodeada por la sierra,
el Risco de cabecera
y sus sinuosas calles
se extienden por sus ladera.
Más allá "Piedra Amarilla",
le sigue la "Caldereta",
al otro lado del valle
está la "Piedra la huerta".
En lo alto de la sierra
o desde la "Caldereta"
echa la vista hacia abajo
y ves su hermosa meseta.
Es una aldea pequeña,
bonita y encantadora,
¡Lástima que cada día
se esté quedando más sola!
Es un pueblo muy alegre
en fiestas y en carnavales,
y siempre tuvo sus bailes.
Sin mencionar a los caños
yo no quiero terminar,
que tienen la mejor agua
que uno ha bajado
con los años de sequía,
se pueden recuperar,
esperemos todavía.
La Nava tiene por nombre.
tiene nombre de mujer,
pero así se lo pusieron
y bien bonito que es.
Nosotros, todos sus hijos,
los que hemos nacido en él,
amamos a nuestro pueblo
por lo alegre que éste es.
Por motivos de trabajo
algunos lo abandonamos,
más no fue definitivo,
en verano regresamos.
La alegría que sentimos
cuando avistamos sus casas,
cuando ya estamos llegando,
cuando vemos sus montañas.
Se saluda: ¡Hola vecino!
¿Qué tal estáis por casa?
¡Nosotros estamos bien!
Abrazas a la familia
también alas amistades
y sientes una emoción
que te sube y quiere ahogarte.
Recuerdo mis años mozos,
los días de carnaval
con la murga y con los bailes
y las fiestas del lugar.
¡Pueblo levántate y anda!
no te eches nunca hacia atrás,
que no seas un pueblo muerto
de esos que hay sin habitar.
Habitantes de La Nava
no la dejéis que se muera,
que no tengáis que salir
a buscar trabajo fuera
En fin aquí me despido,
os saluda este "navero"
que aunque ya no vive aquí
siempre se alegra de veros.
José Acedo Hidalgo