Se cuenta de La Cibeles
que abandona el pedestal
en noches de primavera
y se marcha a pasear.
Paseando por las calles
y barrios de la ciudad.
deambulando por Madrid
la gente ha visto pasar.
Baja de su carruaje
y dejando a sus leones
comienza su pasear
en nocturnas excursiones.
Otras veces abandona
sigilosa a los leones
y se suma con la gente
en las manifestaciones.
Si ve en manifestación,
reivindicando al obrero,
enseguida se le une
contra el patrón usurero.
Dicen de su inclinación
siempre al lado del obrero,
y le dolió la injusticia
que le hicieron al bracero.
Aún recuerda de la guerra
aquellas fechas lejanas,
que una noche la vistieron
a ella de republicana.
En la plaza La Cibeles
y com ella está despacio
desde allí lo observa todo
y lo apunta en su diario.
Por la calle de Alcalá
por el Paseo del Prado
o por la Puerta del Sol,
alguno se lo ha encontrado.
En el Parque del Retiro
andar entre sus jardines,
disfrutando del aroma
de claveles y jazmínes.
En las barcas del estanque
la verían embarcar
y con mucho desparpajo
creo que se puso a remar.
Muchos años lleva ya
en este trono sentada,
por lo tanto no es extraño
que se sienta ya cansada.
Madrid tiene mucho tráfico,
la plaza contaminada
y del humo delos cches
se sentirá mareada.
Con Álvarez del Manzano
está enfadada la Diosa
dice que no la protege
y está por ello furiosa.
Dice que siendo el alcalde
de todos los madrileños,
ha de cuidar las estatuas
con un poco más de empeño.
Seguidores del Madrid,
ellos con mucha destreza,
si el Madrid es campeón
se suben en la cabeza.
Y que ya en una ocasión
le destrozaron un brazo,
como ponen tal pasión
le pegaron un porrazo.
Ella, como es una diosa,
sobre Madrid ha volado
y ha visto como su cielo
está muy contaminado.
Y le ha mandado un mensaje
porque a tanta polución
el alcalde de Madrid
le busque una solución.
A nuestro señor alcalde,
al pasar la procesión,
lo ve siempre a la cabeza
con collar y con bastón
Otra cosa se comenta,
que la vieron con Neptuno
en amable compañia
en sus paseos nocturnos.
A eso de la media noche,
con paso muy diligente,
va en busca de La Cibeles
Neptuno con su tridente.
Por el paseo del Prado
o por el de Recoletos
caminando van los dioses,
moviendo sus esqueletos.
Paseando por Madrid
y por lo visto es verdad,
nuestra diosa de la tierra
con Neptuno, dios del mar.
Al govierno de Madrid
le tiene solicitado
que la fuente de Neptuno
se la traigan a su lado.
Y esque del dios de los mares
parece se ha enamorado
y quien sabe si algún día
sepamos que se han casado.
J. Acedo
Aún recuerda de la guerra
aquellas fechas lejanas,
que una noche la vistieron
a ella de republicana.
En la plaza La Cibeles
y com ella está despacio
desde allí lo observa todo
y lo apunta en su diario.
Por la calle de Alcalá
por el Paseo del Prado
o por la Puerta del Sol,
alguno se lo ha encontrado.
En el Parque del Retiro
andar entre sus jardines,
disfrutando del aroma
de claveles y jazmínes.
En las barcas del estanque
la verían embarcar
y con mucho desparpajo
creo que se puso a remar.
Muchos años lleva ya
en este trono sentada,
por lo tanto no es extraño
que se sienta ya cansada.
Madrid tiene mucho tráfico,
la plaza contaminada
y del humo delos cches
se sentirá mareada.
Con Álvarez del Manzano
está enfadada la Diosa
dice que no la protege
y está por ello furiosa.
Dice que siendo el alcalde
de todos los madrileños,
ha de cuidar las estatuas
con un poco más de empeño.
Seguidores del Madrid,
ellos con mucha destreza,
si el Madrid es campeón
se suben en la cabeza.
Y que ya en una ocasión
le destrozaron un brazo,
como ponen tal pasión
le pegaron un porrazo.
Ella, como es una diosa,
sobre Madrid ha volado
y ha visto como su cielo
está muy contaminado.
Y le ha mandado un mensaje
porque a tanta polución
el alcalde de Madrid
le busque una solución.
A nuestro señor alcalde,
al pasar la procesión,
lo ve siempre a la cabeza
con collar y con bastón
Otra cosa se comenta,
que la vieron con Neptuno
en amable compañia
en sus paseos nocturnos.
A eso de la media noche,
con paso muy diligente,
va en busca de La Cibeles
Neptuno con su tridente.
Por el paseo del Prado
o por el de Recoletos
caminando van los dioses,
moviendo sus esqueletos.
Paseando por Madrid
y por lo visto es verdad,
nuestra diosa de la tierra
con Neptuno, dios del mar.
Al govierno de Madrid
le tiene solicitado
que la fuente de Neptuno
se la traigan a su lado.
Y esque del dios de los mares
parece se ha enamorado
y quien sabe si algún día
sepamos que se han casado.
J. Acedo
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